Roberto Rincon
Alfred Hitchcock es uno de esos directores ineludibles, su forma de enfrentar el miedo, el suspenso, las relaciones interpersonales y los hechos inexplicables, es de una maestría y elegancia inimitables, y claro ejemplo de todo esto es Los Pájaros (The Birds) de 1963, un clásico que dio origen a todo un subgénero donde animales e incluso máquinas se levantan contra los seres humanos, y los atacan sin motivo aparente, claro, ninguna de estas con la inteligencia y el terror intelectual del Señor Hitchcock.
Tippi Hedren, Rod Taylor, Jessica Tandy, Suzanne Pleshette y Veronica Cartwright, componen el elenco de esta obra maestra, donde grandes bandadas de aves comienzan a atacar sin motivo alguno a los habitantes del pueblo costero de Bodega Bay en California, interrumpiendo los avances amorosos de la pareja de protagonistas. A medida que transcurre la historia, el comportamiento, la fiereza y la saña con la que éstas gaviotas atacan, aumenta y llega a límites extremos de matar a tres personas.
Los Pájaros en su magnífica puesta en escena está llena de genialidades de Hitchcock, la eliminación de la banda sonora para jugar con los espacios de silencio, la eliminación del final de las palabras “The End” para dejar el final abierto, la ausencia de un preludio romántico largo entre los protagonistas, todo se suma para crear una sensación de incomodidad constante.
Daphne du Maurier es la escritora de la novela corta de 1952 en la que se basa este largometraje del llamado Maestro del suspenso, y que a su vez está basado en hechos reales que ocurrieron en 1951, en Bahía de Monterrey, donde bandadas de gaviotas (aparentemente intoxicadas por el consumo de un alga que afecta el sistema nervioso), se habían abalanzado sobre los techos de las casas y atacado a sus habitantes.
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